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Prerrománico

PRERROMÁNICO

En Oviedo se concentran cinco de los monumentos del Prerrománico declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1985 y 1998. Un reconocimiento a “Los monumentos de Oviedo y del Reino de Asturias” a los que se unió más recientemente otro más, el del Camino Primitivo de la Ruta Jacobea, que nace precisamente frente a la Catedral. 

En el Naranco, el monte al que mira Oviedo y que empieza su cuesta aún en la zona urbana de la ciudad, están dos de los monumentos del prerrománico asturiano, un estilo único, lleno de creatividad y que se desarrolló entre el visigodo y el románico. 

Los monumentos del Naranco están a tan sólo 3 kilómetros del centro y puede ir en autobús urbano (Líneas A2, de subida, y A1, para bajar, cada hora. Líneas y plano en www.tua.es) , o incluso, si se anima, caminando. El autobús llega hasta el aparcamiento que está por debajo de Santa María donde también hay que dejar los coches,  para subir después por un corto camino rural hasta los monumentos. Al lado se encontrará el Centro de Interpretación del Prerrománico (www.prerromanicoasturiano.es) con abundante información, también sobre horarios y precios de entradas de todos los monumentos), y con actividades y talleres, especialmente ingeniosas las organizadas para niños.

Santa María del Naranco es el ejemplo más bello y armonioso de una arquitectura que simbolizó el poder del Reino de Asturias cuando en el sur  de la península, triunfaba el califato de Córdoba. Aunque fue iglesia entre el siglo XII y el primer tercio del siglo XX y aún hoy es sede de algún servicio litúrgico y depende de una parroquia, la construcción no encaja con un esquema religioso. Se considera que fue un palacio y parte de un conjunto residencial palatino,  oficial o de retiro de campo, del monarca que ordenó la construcción: Ramiro I (842-850). Tiene dos plantas, cada una con tres dependencias, con grandes innovaciones arquitectónicas –bóvedas de cañón, contrafuertes…- y una riqueza decorativa – capiteles, medallones…- que adelantó varios siglos los talleres del gótico. En los extremos de la sala principal hay sendos miradores; los tres arcos del oriental son desde hace muchos años el símbolo del Turismo en Asturias.

A tan solo unos 300 metros de Santa María llegará caminando por la carreta  a San Miguel de Lillo o Liño.

El balcón de Oviedo y más allá

Desde el lateral sur de Santa María  tiene una de las mejores vistas de Oviedo. Si se anima, la panorámica aún mejorará si sigue subiendo por la carretera del Naranco donde  curvas y repechos le harán entender la gesta de las carreras ciclistas en este recorrido. Por detrás de la ciudad, asoma la Sierra del Aramo y toda la belleza del paisaje asturiano en cualquier época del año. Si se decide por hacer la subida al Naranco sepa que las primeras cuestas son suaves, con pendientes de entre 4 y 5%, pero que tras la curva en herradura que hay junto a San Miguel, se encontrará con repechos de hasta 7 y 10% de pendiente, que se elevan hasta 12% al final, si quiere llegar hasta el monumento al Sagrado Corazón, en lo alto, visible desde buena parte de la ciudad. 

Vistas de Oviedo

Hágase un “experto”: tres arcos, sogueado y celosías 

Es una gran simplificación, pero  hay algunos elementos característicos de la arquitectura prerrománica, un movimiento que empieza con Alfonso II el Casto (791-842) y llega a su madurez con su sucesor Ramiro I (842-850). Busque esos elementos en cada monumento y aprenda a  reconocerlos: En las ventanas, tres arcos; una cámara superior en la parte trasera a la que solo se accede desde el exterior y cuya finalidad sigue siendo una incógnita; los pilares y otros adornos, con sogueados; y las celosías de las ventanas con sus filigranas. 

Arcos Santa María del Naranco

A tan solo unos 300 metros de Santa María llegará caminando por la carreta  a San Miguel de Lillo o Liño, que fue en su día una basílica de la que hoy solo se conserva una pequeña parte. No tan bien conservada como Santa María pues ya en el siglo XI sufrió un derrumbe que solo dejó en pie un tercio de la construcción, deténgase en el exterior para admirar las celosías. De San Miguel destaca la decoración escultórica como sus columnas, basas y capiteles, aunque lo más importante está en las jambas del pórtico, con figuras del circo romano. En el interior aún hay restos de las pinturas decorativas originales.

Elija para comer

Si quiere tomar algo tras ver los monumentos o se ha entretenido en la visita, en la misma carretera del Naranco encontrará restaurantes, bares y merenderos. Otra alternativa es bajar y parar en la zona del comienzo del barrio de Vallobín. Puede optar también por llegar al centro y así rematar la mañana visitando la Fuente de la Foncalada. O encaminarse hacia Santullano. En el entorno de este último está El Milán y el eje de Bermúdez de Castro, una zona universitaria con abundancia de buenos locales de hostelería.

La fuente invocada

En el centro de la ciudad, a mitad de la calle de Foncalada se encuentra la fuente que le da nombre, otro monumento prerrománico. La Fuente de Foncalada (“Fontem agua calata”), atribuida al reinado de Alfonso II (791-842) , parece que formaba parte  de un conjunto monumental destinado a baños purificadores. Lo que queda de aquella fuente “incalata”, invocada, es solo un resto encajonado por debajo de la calle: una parte del estanque y un pequeño templete, único testigo de la arquitectura hidráulica de la Alta Edad Media en España. Apenas ya se distinguen las inscripciones de gran significado en la época: una cruz de la Victoria y una leyenda que dice en latín “Con este signo se ampara el justo, con este signo se vence al enemigo”

Hacia Santullano

Para encaminarse hacia Santullano, baje por Foncalada y enlazando, enfrente, con la Avenida de Pumarín, tuerza en esta a la derecha en la segunda bocacalle (calle Dr.Melquiádes Cabal) para cruzar por delante del campus de El Milán donde la Universidad concentra los estudios de Humanidades. Los edificios fueron en origen un Seminario y luego Cuartel. Delante de ellos, la escultura de Eduardo Úrculo “Los libros que nos unen” recuerda al filólogo Emilio Alarcos. Al fondo se encontrará con el parque de Santullano y al comienzo del mismo, la iglesia de San Julián de los Prados, monumento prerrománico con un interior sorprendente.

A todo color

Mandada edificar por Alfonso II el Casto entre los años 812 y 842 esta Basílica dedicada a los santos Julián y Basilisa, conocida como Santullano, es la de mayor tamaño del prerrománico español y se dice es la iglesia con uso parroquial ininterrumpido más antigua de Europa. En el interior, muros y bóvedas nos muestran  una decoración en azul, amarillo, rojo…que recuerda a las pinturas pompeyanas y que fue “desvelada”  en la restauración promovida por Fortunato de Selgas (1012-1917). Se trata, otro record, de la mayor muestra de decoración mural de la Alta Edad Media en Europa y sobre la que no han dejado de surgir interpretaciones. Sin representaciones figuradas (concepto “anicónico”) los frescos dibujan cuadrados, círculos, formas arquitectónicas, motivos florales, grecas y colgaduras…en un programa en el que hay quien ha querido ver una representación de la Jerusalén celestial.

Santullano está bien conservado a pesar de la agresión de la muy cercana autopista en un tramo en transformación y hoy ya en obras, con un proyecto con fondos europeos, para amortiguar ese impacto.

 

San Julián de los Prados

 

La muralla, restaurada

Desde el entorno de Santullano, suba de nuevo hacia el centro histórico rodeando la plaza de Cruz Roja por Martínez Vigil. A la izquierda pasa por delante de la antigua Fábrica de Armas de La Vega, ahora en desuso y con un futuro muy abierto. A la derecha, la nueva urbanización de El Vasco, con un gran espacio denominado Plaza de la Poesía. Arriba, a la izquierda, asómese a ver la calle Paraíso, con la muralla, recién restaurada, en todo su perímetro derecho y a la izquierda,  la antigua Fábrica de Gas y el gasómetro (no visitable).